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Quiso un día la providencia
Qué Artemides se santificara
Y de esta manera alcanzara
Tras otorgarle su anuencia
Que nos traiga beneficencia
Expresada con su bendición
Que todos con gran devoción
E inconmensurable alegría
Agradeceremos en cada Día
Con Alma, Vida y Corazón.

Serán aquellas cosas del destino
Alcanzando a familiares y amigos
Ellos, que se sienten sus testigos
Por saber de su sinuoso camino
Qué transitó con andar genuino
En ayuda de los más necesitados
Dejando todo proyecto de lado
Para dedicarse permanentemente
Así nuestro Creador dijo presente
Y con su santidad lo ha premiado.

San Artemides, nuestro pariente
En tercera y cuarta generación
Lo admiramos con gran devoción
Por sus actitudes sobresalientes
Y un día, nos dejó para siempre
Para remontar su sagrado vuelo
Y nosotros desde nuestro suelo
Lo invocamos con mucho amor
Enviándole cual un bello clamor
Nuestros saludos hacia el Cielo.

Ermes Valvasori