Los comienzos en La Piedad

La inauguración de la nueva iglesia de los salesianos dedicada a Nuestra Señora de la Piedad en las afueras de Bahía Blanca fue un verdadero acontecimiento para la pequeña población. Los esposos portugueses Luis D’Abreu y María Saiba de D’Abreu, que no habían tenido hijos, costearon la construcción del templo. A su lado se levantó también una escuela de artes y oficios. D’Abreu era el fundador del ferrocarril de Bahía Blanca al noroeste y estaba interesado en la formación de los hijos de los trabajadores ferroviarios. El presidente Luis Sáenz Peña fue elegido como padrino de la nueva iglesia. 

El 12 de abril de 1894 llegaron desde Buenos Aires en un tren especial el Presidente de la Nación con su mujer y su hija y su gabinete de ministros. Viajaron también el Arzobispo Aneiros, el obispo auxiliar Antonio Espinoza y sus vicarios, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires y diez generales del Ejército Argentino. El ferrocarril del Sud fletó además un tren gratuito para que viajara la banda de música del colegio salesiano de Almagro que amenizó esas célebres jornadas. Desde Viedma, después de dos días viajando en la galera de Mora, llegó también monseñor Cagliero, el vicario Apostólico de la Patagonia. El Arzobispo de Buenos Aires recordaba que tras su último viaje, cuatro años antes, había sido despedido por los bahienses en la estación de tren con silbidos y pedradas. Esa nueva visita, en cambio, fue una verdadera fiesta. La pequeña Bahía Blanca no había visto nunca un espectáculo semejante, que a la llegada de los Zatti todavía continuaba en los comentarios de la gente.